Una de las funciones de los músculos de la caja torácica es  generar una tos capaz de expulsar las secreciones bronquiales.

 

Cuando, por alguna causa los músculos respiratorios no pueden proporcionar la fuerza para producir un esfuerzo adecuado para generar una tos efectiva  es necesario realizar alguna técnica en el paciente que le permita la expectoración de las secreciones.

 

El fracaso en el manejo de las secreciones respiratorias puede provocar una situación con riesgo grave para la vida. Esta situación de mal control de las secreciones es excepcional en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), pero también es frecuente en algunos procesos de menor prevalencia, como la fibrosis quística, bronquitis aguda o crónica o algunas enfermedades neuromusculares, etc.

 

La aspiración de secreciones consiste en la eliminación de saliva y secreciones respiratorias de la cavidad bucal o vías aéreas superiores  mediante aspiración con una sonda introducida a través de la nariz o la cavidad bucal. Dada la pobre relación entre los beneficios que proporciona y los problemas que produce, sólo debe utilizarse cuando ha fracasado cualquier otro intento como por ejemplo  las técnicas de fisioterapia de tórax e higiene broncopulmonar.